Hugo. Su historia / Mi historia. Laura Marina Panizo

Reseña

Comenzaba en Argentina el otoño de 1976, cuando aquel 24 de marzo se convertiría en el primer día de un crudo y triste invierno que no acabaría hasta el 10 de diciembre de 1983, justamente cuando el verano meteorológico comenzaba a despuntar en el hemisferio austral. Fue un invierno trágico, en el que una Junta Militar tomó las riendas de un país que no había hecho más que salir de la dictadura de Juan Carlos Onganía, que como la de 1976 también duró siete largos años, los que mediaron entre 1966 y 1973. Los argentinos, acostumbrados al sufrimiento y a la necesidad, presos del destino de un país que, como sujeto político, había vivido todos los vaivenes imaginables, en un siglo en el que el régimen populista de Juan Domingo Perón les trajo la paz y la prosperidad en su primera época, creyeron que podían soportar un nuevo período de asfixia democrática, pero estaban muy lejos de imaginar los acontecimientos que se cernían sobre el país. En los pliegues de lo que se denominó con el pretencioso y eufemístico nombre de Proceso de Reorganización Nacional se escondían muchos de los días de mayor aflicción que ha conocido la Argentina, y han sido muchos. Es cierto que el país había vivido tiempos mejores y que los que se auguraban antes del golpe de Estado no eran los más felices, pero lo que no podían pensar los argentinos era que lo peor estaba por llegar.

Al año siguiente de instaurada la Junta Militar, con presencia de los tres comandantes de las Fuerzas Armadas, nacía en la misma provincia de Buenos Aires, epicentro del gobierno dictatorial del PRN, una niña que recibió el nombre de Laura Marina Panizo, llamada a hacerse con un lugar de referencia en el seno de la disciplina antropológica, y, a la sazón, autora del trabajo colaborativo que motiva la reseña. Laura Panizo nació en San Martín y, hasta los seis años, aunque no fuera muy consciente de los días de llanto que vivía la patria, no conoció otro régimen político que el de la dictadura cívico-militar argentina, de carácter burocrático y autoritario, según se hizo constar en los documentos que jalonaron la política de aquellos años. Ella recuerda el paso por el colegio local, las primeras amistades, los juegos infantiles, la interacción con sus maestras y los recuerdos de un mundo de ensoñación que, siendo ajeno a lo que flotaba en un ambiente social enrarecido, no lo era por entero. Recuerda las conversaciones de los mayores, al principio intrascendentes para ella, pero cada vez más preocupantes debido a la cautela que observaba en los diálogos y al dolor contenido que descubría. Después vino el descubrimiento de una realidad cercana y terrible que envolvía a personas de su familia, a vecinos, a amigos y conocidos, en grados muy distintos, aunque también pudo percatarse, paradójicamente, de la inquietante indiferencia de la mayoría. Mucho de lo que se ha dicho hasta aquí explica la vocación antropológica de Laura Marina Panizo. Una adolescencia de inquietudes y preocupaciones asociadas con el pasado inmediato de Argentina la condujo a matricularse en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, donde concluyó su licenciatura en Antropología Social en el año 2003. Era el paso previo a su ingreso, muy poco tiempo después, en el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), con destino en la Universidad de San Martín, donde ha permanecido desde entonces. Durante este tiempo ha indagado en el sufrimiento de las familias de los desaparecidos en los años de la última dictadura militar. Esta razón explica el objeto de su tesis de licenciatura al poco de graduarse, bajo la dirección de Pablo Wright: Muerte, cuerpo y ritual. La experiencia de familiares de desaparecidos en la última dictadura militar en Argentina (1976-1983), en la misma facultad en la que había transcurrido su vida académica previa. ¿Cuáles son las motivaciones que laten detrás de esta elección y la posterior actividad de Laura Panizo en torno a un tema tan singular como este? Aprovechando el sustrato de su inquietud de la adolescencia y la primera juventud, la lectura de un opúsculo adquirido en la Feria del Libro de Buenos Aires parece haber sido el catalizador que hizo posible la reacción de la autora. El objeto de la tesis de la licenciatura le procuró contactos, fruto de las sucesivas conversaciones y entrevistas, que alentaron su idea de volver sobre un tema, concatenado con el anterior, que habría de ser tratado en su tesis doctoral, redactada, gracias al amparo del CONICET, cinco años después de haber defendido su tesis de licenciatura, y de nuevo bajo la experta dirección de Pablo Wright: Dónde están nuestros muertos: Experiencias rituales de familiares de desparecidos de la última dictadura militar en Argentina y de la Guerra de las Malvinas (vid. una versión posterior en Panizo, 2017 y 2021). Desde entonces, Laura Marina Panizo ha recorrido un ilusionante itinerario investigador y docente, en el que ha conjugado la calidad de sus trabajos con una abundante producción en el campo de la antropología de la muerte, tanto en forma de monografías como de artículos y de capítulos de libros, con especial atención al rastro de sangre que han dejado tras de sí las innumerables desapariciones de personas detenidas en los años del régimen dictatorial. El desastre de las Malvinas de 1982 fue, precisamente, el inicio del fin de una dictadura que, desde aquel mismo momento, tenía a toda la sociedad argentina en contra. Es importante saber que, entre los ascendientes intelectuales de su antropología se encuentra la gran antropóloga argentina Rosana Guber, depositaria a su vez del sabio magisterio y la mentoría de Esther Hermitte (1970). Precisamente, Rosana Guber (2004, 2012 y 2022) fue una de las primeras científicas, tal vez la pionera, que se atrevió a mirar de frente al desastre de las Malvinas y dio a la imprenta sucesivas obras tenida por excelentes en el ámbito de la antropología social. El libro que mueve esta reseña es el publicado por Laura Marina Panizo en este mismo año de 2023 en Buenos Aires, con el título de Hugo. Su historia, mi historia por parte de la editorial 3 Banderas. El libro lleva el sugestivo subtítulo de Etnografía, militancia y desaparición. Se trata de un trabajo meritorio en el que se imbrican varias razones de sobresaliente interés. En las páginas del libro, la autora escucha la voz y el llanto del familiar de un desaparecido, que da nombre al libro: Hugo Omar Argente. Ciertamente, Hugo no sería quien es si no fuera porque es hermano de Jorge Daniel Argente, un joven que, tras ser detenido en la casa familiar cuatro meses después de haberse producido el golpe de Estado, es trasladado a las dependencias policiales para no volverse a tener noticias del arrestado jamás. En el libro, Hugo explica el sufrimiento atroz que se produce tras un acontecimiento como este, especialmente para los «viejos» y los hermanos de los desaparecidos, solo atenuado emocionalmente con los afectos que se mostraban en los encuentros con quienes compartían su dolor en la vivencia cotidiana. El arropamiento de los parientes, los vecinos y los amigos resultaba imprescindible para superar el trance. Además, Laura Marina Panizo escudriña el sentir de una sociedad entera que se alza contra su propio destino y que reflexiona sobre un pasado que se convirtió en un castigo insufrible, cuando las detenciones, las torturas, las desapariciones y el sufrimiento se adueñaron de los argentinos. En el caso de Daniel, su cuerpo fue recuperado en el año 2002, aunque se sabe que su muerte se produjo, casi con toda seguridad, en las semanas que sucedieron a su desaparición, en 1976. El deseo de la familia de hallar al desaparecido con vida se mantuvo con un halo de esperanza, cada vez más imperceptible a medida que iba transcurriendo el tiempo. En un momento de la confesión de Hugo, este reconoce que hasta el año 2000 creyó en un hallazgo, aunque fuera más quimera que otra cosa. La confesión de Hugo nos permite entender que los acontecimientos fueron muy similares en el caso otros desaparecidos, cuyo duelo se alargó durante un cuarto de siglo o aún más tiempo, hasta que decayó por entero cualquier esperanza de hallazgo. La evolución de los acontecimientos generó distintas actitudes ante los desaparecidos. En los primeros tiempos de la dictadura la esperanza residió en hallar con vida a los detenidos que habían desparecido. Con posterioridad, en una nueva fase, se trataría, simplemente, de hallar los cuerpos de los desaparecidos porque existía el convencimiento de que habían muerto. Por supuesto, fueron muchos los que no se hallaron jamás, ni vivos ni muertos. La autora elige para su conversación, prolongada a lo largo de los años, a Hugo, un hombre que representa al ciudadano medio de extracción popular, comprometido con los problemas sociales de su país, preso de la angustia indescriptible que supuso la pérdida de su difunto hermano Daniel. En las largas conversaciones aflora reiteradamente el dolor, la culpa, el remordimiento y todas las emociones que nos hacen humanos. También el desaliento que aflora con el paso del tiempo, cuando se produce una sensación de olvido progresivo, el cual termina por residir en la práctica totalidad de la sociedad. A los que nunca se involucraron en el sufrimiento que provocaban los acontecimientos, se van uniendo los que vivieron de lejos los sucesos y, por último, los que necesitan olvidar para seguir viviendo. Los afectos se difuminan cuando los aniversarios se van haciendo cada vez más livianos, y las emociones llegan a hacerse casi imperceptibles. Sin embargo, estamos ante una tragedia que se saldó con treinta millares de muertos y desaparecidos, que dejaron su profunda huella en paisajes ensangrentados por el horror que brotaba de la violencia desmesurada. Desgraciadamente, reflexiona Hugo, hasta en la asociación de defensa de los derechos humanos en la que está integrado hay gente que no desea conocer la verdad de lo que pasó. La última parte del libro está dedicada al significado de los rituales de despedida tras el hallazgo del cuerpo de Daniel, el hermano de Hugo. Este último recapacita entonces acerca de los acontecimientos que privaron a Daniel de una vida que aún empezaba, concluyendo que, aunque no faltó el ritual religioso, el verdadero ritual no debió ser otro que el político. En este sentido, el ritual cerraba un ciclo, pero abría otro simultáneamente. De hecho, Hugo, el hermano del difunto Daniel, se vio impelido a cambiar de rol, puesto que, siendo como era el creador de la sección juvenil de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, se hubo de cuestionar la legitimidad de su lugar en la membresía de la asociación, dado que había dejado de ser el familiar de un desparecido para pasar a ser el de un hallado sin vida. Por otro lado, Hugo también tuvo conciencia de que, tras la desaparición de su hermano, la búsqueda de la verdad y la justicia aceró su vida, al tiempo que le proporcionó fuerza y determinación. Sin embargo, una vez terminada la búsqueda, no podía evitar un sentimiento de vacío interior, que es el mismo que sigue a cualquier conquista personal. Al ser una lucha tan larga y agónica, tras la cual se produjo la confirmación de una pérdida irreparable, el sentimiento de soledad aflora con una sensación indescriptible. Estamos ante un libro original desde muchos puntos de vista. Es un libro clasificable dentro de la literatura antropológica, pero exento del ropaje académico y científico de esta disciplina. Es una obra profundamente dialogística, que muy bien puede ser considerada un exponente más del giro ontológico. El objeto de conocimiento está constituido por los muertos, aunque para ello se valga de la intermediación de los vivos. Complementariamente, representa muy bien el giro colaborativo, al dejar hablar al informante clave, con la simple condición impuesta por la autora de la obra de arrogarse el ordenamiento de la conversación. Las percepciones de la antropóloga y las del informante exploran una realidad compleja con un profundo sentido pragmático. La antropología no solo se acerca eficazmente a una realidad, sino que también contribuye a paliar el dolor que sienten los afectados por la pérdida irreparable de sus allegados en un clima de violencia extrema. Dicho de otra manera, la antropología se solidariza y se hace llanto con el sufrimiento de otros seres humanos. Por último, la escritura esconde un giro reflexivo que deja en suspenso las construcciones de la antropóloga. Pero, al mismo tiempo, el libro combina la escritura con una acentuada poética, generando la interacción de la antropología y la literatura, que da pábulo a la creación de una antropología acusadamente artística. Nuestra autora, Laura Marina Panizo, es una consumada escritora, que unas veces escribe trabajos propiamente antropológicos y otros hace de la literatura su pasión. No en vano es la ganadora de algunos certámenes literarios, como el premio Leonor de Córdoba, en España, por su poemario titulado Lo demás, rodea. Precisamente, los poemas que jalonan sus obras poéticas sirven como marcapáginas de los capítulos que conforman el libro de Hugo. Su historia, mi historia (2023). Algunos de estos poemas están extraídos de su libro Lo demás, rodea (Córdoba, España, 2013). Otros poemas pertenecen a su libro de poesía Por donde entra la mirada (Córdoba, Argentina, 2020). Y no es la primera vez que nuestra autora combina la antropología con la literatura. En la meritoria obra que se publicó bajo la dirección de Rosana Guber con el título de Mar de Guerra (Buenos Aires, 2022), no solo se halla, una vez más, la brillante colaboración de Laura Marina Panizo, sino que sus versos de vida y muerte son las orlas que separan los capítulos de la obra. Laura Marina Panizo ha sido, hasta el presente, una incansable buscadora de los muertos de la dictadura argentina, de aquellos que, por ejemplo, fueron arrancados de los brazos de su familia, o de aquellos que perecieron en una absurda guerra, cuya misión era la de redimir al régimen militar que la patrocinaba. Además, ha tenido tiempo en su corta vida aún para indagar en las desapariciones de la dictadura chilena (Panizo, 2022), haciendo a los muertos el objeto predilecto de su certera antropología.

Conviene que lo sepa el ávido lector que examina con asombro las páginas de Hugo. Su historia, mi historia, para que sepa que hay acontecimientos que han tenido lugar más de una vez en el transcurrir del tiempo, y que pueden suceder muchas veces más. Referencias

Gómez-Pellón, E. (2020). Elogio del método etnográfico. AIBR. Revista de Antropología Iberoamericana, 15(3):429-437. Guber, R. (2022).

Mar de guerra. La Armada de la República Argentina y sus formas de habitar el Atlántico Sur en la Guerra de las Malvinas, 1982. Buenos Aires: SB Editorial.

Guber, R. (2012). ¿Por qué Malvinas? De causa nacional a la guerra absurda. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.

Guber, R. (2004). De chicos a veteranos. Memorias argentinas de la guerra de las Malvinas. La Plata: Ediciones al Margen-IDES Centro de Antropología Social (2ªed. en 2009).

Hermitte, M.E. (1970). Poder sobrenatural y control social en un pueblo maya contemporáneo. México: Instituto Indigenista Interamericano. Panizo, L.M. (2023).

Hugo. Su historia, mi historia. Etnografía, militancia y desaparición. 3 Banderas Editores. Panizo, L.M. (2022).

Los fantasmas de Chicureo: Convivir con muertos en al barrio de Colina, Santiago de Chile. AIBR. Revista de Antropología Iberoamericana, 17(3): 454-472.641 eloy Gómez-Pellón Panizo, L.M. (2021).

Inhabiting Death in the Presence of the Body: Challenges of Exhumation in the Case of the Malvinas War. Bulletin of Latin American Research, 40: 40-53. Panizo, L.M. (2017).

Dónde están nuestros muertos: experiencias rituales de familiares de desaparecidos en la última dictadura militar en la Argentina y de caídos en la Guerra de Malvinas. Buenos Aires: UNSAM.

Nota:

La introducción del libro puede leerse en este enlace.

Los invito a conocer a Hugo y conocerme a través de las emociones que nos conectan con nosotros mismos y con tantos otros.
Para quienes todavía no lo tienen escriban a la editorial luisfux@hotmail.com o contáctensen por IG @3banderaseditores


En https://aries.aibr.org/storage/621f641914df9f7479b52a4084bb0289.pdf

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